top of page
10.png
10.png

empezar a correr

SHOW
BIO
Corredor.png
0,5 
Km

De las calles suecas al resto del mundo

Su motivación, que más tarde se extendería como una iniciativa eco deportiva en todo el planeta, no solo fue producto de su experiencia personal. Por ejemplo, según investigaciones de la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth (CSIRO) y el Imperial College London, de seguir con nuestros hábitos actuales de consumo, para el año 2050, 99% de las aves marinas de todo el mundo tendrían en su organismo componentes derivados del plástico.

​

Bajo esas condiciones, y muchas otras en materia ambiental, plogging o plogga (como se denomina el proyecto originario de Ahlström), se ha convertido en un tendencia en más de 100 países, en los cuales ha sido liderado por personas interesadas en la actividad física, el medio ambiente o lo novedoso de su funcionamiento. Pero también, por los casos de contaminación de residuos sólidos propios de cada lugar en donde se ha implementado, que si bien suman a la problemática mundial, tienen un tratamiento particular.

En medio de uno de sus recorridos habituales entre Nacka y Östermalm (distritos urbanos de la ciudad de Estocolmo, Suecia) para ir a trabajar montado en su bicicleta, Erik Ahlström quedó impactado por la cantidad de basura que encontraba a su paso. Esa rutina, que repetía a diario, le permitió notar además como ninguna persona levantaba de las calles los residuos contaminantes y estos seguían su propio camino hasta las áreas rurales de la ciudad.  

 

Lo anterior, lo impulsó a preguntarse de qué forma podría ayudar a contribuir con la reducción del impacto medio ambiental que genera el ser humano en el planeta. Ahlström se propuso entonces una práctica novedosa para incluir en su estilo de vida: salir a las calles y recoger basura en tanto hacía actividad física, o lo que él llama, convertirse en un “orgulloso recolector de basura”.

La basura crea no solo un entorno sucio sino también

uno antisocial que nos separa el uno del otro: Ahlström

1,0
Km
Corredor.png

Extendiendo fronteras

En 2018, Viviana Saavedra  (Bogotá, Colombia) se enteró del plogging gracias a un video de Playgroud que hablaba del movimiento que se extendió inicialmente por varios países de Europa, Norteamérica y que apenas aterrizaba en Latinoamérica. Ella, al igual que Ahlström, compartía una preocupación por el material contaminante que se encuentra en las calles de la ciudad. Y no es para menos, en Bogotá se generan más de 6300 toneladas de basura al día, de las cuales solo 14% son recicladas (según datos del Ministerio de Ambiente de Colombia).

 

Con ese primer acercamiento, Viviana motivó a un grupo de atletas y amigos a través de grupos de WhastApp a unirse a una primera jornada e intentar implementar el proyecto en zonas urbanas que tienen altas cifras de residuos sólidos arrojados en espacios públicos. 

Queremos enfocarnos entre el humano tierra- hermano naturaleza:

Maroso

Algo similar ocurrió en Medellín (Colombia). Allí, dos estudiantes de la Universidad EAFIT interesados en el tema ambiental empezaron a impulsar el movimiento en la ciudad gracias a toda la información que circulaba por redes sociales. Sin embargo, David Maroso y Cristian Rincón, sus líderes, decidieron generar una estrategia diferencial: juntos crearon “tribuplooging”, inspirados en la tribu indígena de los Kogis de la Sierra Nevada de Santa Marta (de donde son originarios). El ideal de David y Cristian es propiciar, más que una comunidad, una tribu que apropie la protección del medio ambiente a su estilo de vida. 

 

En Ciudad de México (México) la historia dista parcialmente de las anteriores. Elisa Apátiga (experta en ciencias ambientales y gestión de residuos) notó, en medio de una práctica deportiva en un parque de la ciudad, que en el espacio en dónde se encontraba había una cantidad considerable de basura y se preguntó si dichas condiciones eran las adecuadas para ejercitarse. Ello la motivó a empezar la iniciativa junto a dos amigos, pero sin saber que esta ya existía y que se llamaba plogging.

1,5
Km
Corredor.png

De la misma forma, existen también dificultades logísticas relacionadas con la seguridad, las cuales se han convertido en impedimentos para extender la iniciativa a más lugares. Tal es el caso de Bogotá, allí Viviana ha sido testigo de varios puntos en el sur de la ciudad que tienen altos índices de contaminación, pero que debido a las condiciones de los mismos (presencia de habitantes de la calle y desconocimiento de las dinámicas generales del lugar), su acceso se ha visto obstaculizado. 

 

Por último, el plogging se enfrenta a la estigmatización de las basuras. En México, Elisa ha tenido la oportunidad de conocer a un gran número de personas dispuestas a colaborar con la iniciativa, pero dicha disposición está enfocada en ayudas económicas, más no en aportes voluntarios a la recolección de residuos ya que muchos sienten desagrado del contacto con las basuras. Aunque los aportes monetarios son una forma útil de contribuir, para Elisa es más importante la creación de conciencia, de tal manera que su propuesta está dirigida a que las personas que salgan a hacer ejercicio recojan algo de basura.

00:00 / 07:56

Desafiando la contaminación

Viviana Saavedra

BOGOTÁ
  • Bogotá

David Maroso

MEDELLÍN
  • Medellín

Elisa Apátiga

CIUDAD DE MÉXICO
  • Ciudad de México

Más allá del surgimiento de las iniciativas, lo que une los tres casos anteriores son los desafíos que han tenido sus líderes para la implementación del plogging en sus ciudades. El más relevante, y al que continúan desafiando, tiene que ver con las convocatorias. Para tales efectos, en cada ciudad se ha creado un perfil en Instagram a través del cual se comparte información relacionada con los eventos que se realizan; sin embargo, como ninguno de los líderes domina el tema de comunicaciones ni gestión de redes sociales, la labor se ha dificultado. 

 

Lo anterior impide que se mantenga, de manera constante, un importante número de asistentes, o que incluso, aumente. Parte de ello lo ha presenciado David en Medellín, quien en una jornada reciente estuvo acompañado solo por cinco personas.  Para él, el fallo estuvo en los errores que tuvieron para difundir el mensaje. Lo mismo ocurre con Elisa y Viviana, quienes al no contar con una persona especializada en dicha área, ellas deben cumplir con ese rol a la vez que gestionan las jornadas. Ello ha provocado que varias actividades no cuenten con registros fotográficos o de video, o en su defecto, que se publiquen con cierto retraso.

EL DATO

La experiencia de correr

Para 2025 podría llegar a haber 250 millones de toneladas de plástico en los océanos, según Ocean Conservancy.

GALLERY
REVIEWS
2,0
Km
Corredor.png

Un problema de basuras

Para Viviana, Elisa y David, el plogging nace a raíz del problema de basuras que ha venido afectando los ecosistemas del planeta, y que de paso, están generando graves daños a la composición de elementos básicos como el agua y el aire. Por esa razón, en 1992 durante la Conferencia de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, se recomendó minimizar la generación de residuos sólidos, así como generar prácticas sostenibles para reciclarlos, reutilizarlos y aumentar la cobertura de su recolección. 

 

Por su parte, en Ciudad de México se generó en 2013 una norma ambiental de gestión y separación de residuos que expone la forma como las personas deben disponer sus desechos (distribuidos en cuatro categorías: orgánicos, inorgánicos no reciclables, inorgánicos reciclables y de manejo especial y voluminosos). Elisa es consciente de dicha implementación, pero reconoce que usualmente las personas no identifican cómo realizar la clasificación de las basuras.

No es posible que esta actividad genere más basura de la que ya estamos produciendo: Apátiga

Por esa razón, en las jornadas de plogging en CDMX se ha precisado la recolección a través de un solo costal (el cual está hecho a base de grano para ser reutilizado y no generar más basuras durante una actividad que busca precisamente reducir su impacto), y luego realizar un proceso de separación para determinar qué se lleva a los centros de acopio y reciclaje certificados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México.

 

En Colombia el tratamiento de las basuras tiene un diferencial. Tanto en Bogotá como en Medellín se utilizan dos bolsas o costales (una blanca para el material reciclable y una negra para los restantes), de manera que la clasificación se realiza durante la jornada, lo cual, aunque agiliza el proceso, genera algunos inconvenientes ya que algunos participantes desconocen cuáles elementos que encuentran en las calles son realmente reciclables.

EL DATO
México es el país de Latinoamérica que más contaminación de residuos sólidos produce con un total de 1,16 kilogramos al día.

De cualquier manera, lo que logra ser recolectado se lleva a centros de acopio en cada ciudad que son certificados por las entidades gubernamentales. En otros casos, como en Bogotá, se invita a asociaciones de reciclaje dependiendo de la localidad, las cuales no solo recogen el material sino que también realizan pequeñas capacitaciones a los asistentes. Para este último caso, dichos acercamientos han permitido que, así como le ocurrió a Viviana, la perspectiva que se tiene frente a los recicladores de oficio cambie para los participantes.

 

En el mundo, los patrones actuales de consumo, que son los que generan las enormes cantidades de basuras (que han llegado, incluso a los océanos), y la mala gestión de los mismos están generando daños irreparables a la salud pública. Por esa razón actividades como el plogging permiten reconocer los hábitos que están afectando al medio ambiente.

La vida de los desechos en Colombia

2,5
Km
Corredor.png

De tendencia a estilo de vida

Actualmente, el plogging es una tendencia que continúa extendiéndose y que se proyecta como un movimiento que puede integrar los estímulos económicos de organizaciones públicas y privadas en todo el mundo. Para Carolina López, quien participa de las jornadas desde abril de este año, es importante que las entidades estatales divulguen la iniciativa y generen incentivos que, no solo sumen a más personas, sino que también ayuden a dar cuenta de la importancia de la separación de residuos.

 

De hecho, este año Bavaria (empresa cervecera colombiana) propició una jornada ambiental de limpieza de fuentes hídricas en la que participaron, como voluntarios, un equipo de plogging de Bogotá. Y aunque este no fue un espacio generado propiamente para la actividad, sí representó un acercamiento con la empresa privada. 

 

En los tres casos, contar con apoyos externos puede convertirse en una herramienta fundamental para mantener con vida el movimiento, pero teniendo en cuenta que en tales casos la participación de organizaciones o entidades se realice con compromiso, responsabilidad y apropiación de los factores ambientales a los que se les apuesta en el plogging.

Transformar hábitos: el ciclo de una botella

Por su parte, Elisa considera que otro factor relevante tiene que ver con la capacidad que se posea para ser creativos e innovadores, razón que ha dado frutos en CDMX al empezar a incluir dentro de sus jornadas asistentes que realizan plogging en bicicleta. Pero también se han realizado actividades con niños y personas en condición de discapacidad. 

 

En Colombia, Viviana también lideró una jornada en Machetá (área rural del departamento de Cundinamarca), en esa ocasión asistieron un número importante de atletas que lograron sacar de las montañas 70 kilos de residuos. Otros países del mundo no se han quedado atrás: en Australia una líder originaria de Chile ha creado carreras de plogging en Melbourne en las que la basura es la protagonista, de manera que son los residuos los que alcanzan el podio. 

 

Con todo el panorama, es importante rescatar el lema que Elisa comparte en México: "no vamos a salvar al planeta en un solo día, nuestra intención es dejar una semilla de conciencia para que puedan ellos (los asistentes) tener mejores elecciones de acuerdo a sus patrones de consumo” 

 

Y de la misma manera como los desechos que produce el ser humano se convierten con facilidad en una cadena de contaminación, la propuesta es generar una cadena de concientización para ser parte de la solución. Para Carolina, ver que las personas que están a su alrededor participan o agradecen su trabajo, demuestra que si se está generando un impacto. 

Podemos lograr que en el día a día sea normal que cualquier persona recoja la basura con la que se cruce sin esperar a que alguien más lo haga: López

bottom of page